Infidelidad conyugal: detectives privados, baja libido y disfunción eréctil.

La infidelidad conyugal es uno de los casos más habituales a los que se enfrentan los detectives privados en su trabajo. Cuando alguien empieza a sospechar que su pareja le engaña, a menudo busca pruebas para confirmar o desmentir sus sospechas. De hecho, un investigador privado entrevistado señaló que alrededor del 85 % de las sospechas de infidelidad resultan ser ciertas. Sin embargo, no siempre las apariencias reflejan la realidad: datos recientes de una empresa internacional de investigación revelan que solo en dos o tres de cada diez casos se logró confirmar realmente una infidelidad; el resto fueron simples sospechas infundadas o celos sin fundamento. Esto indica que, en muchos matrimonios, los temores de engaño pueden deberse más a malentendidos, problemas personales o de pareja que a una aventura real.

Esta dualidad subraya la importancia de aclarar la verdad. Por un lado, ignorar una posible infidelidad prolonga la ansiedad y puede agravar la desconfianza; por otro lado, una acusación injustificada puede dañar irreversiblemente la relación. Aquí es donde los profesionales de la investigación privada cumplen un papel crucial. Contratar a un detective privado permite obtener respuestas objetivas: confirma la traición o descarta la infidelidad como motivo del fracaso de la relación. En muchos casos, las parejas buscan esta ayuda profesional no solo para descubrir una infidelidad, sino también para descartar que los problemas de la relación se deban a una traición y así poder centrarse en otras posibles causas, como dificultades de comunicación o problemas íntimos. En España y otros países, la investigación de infidelidades constituye la mayor proporción de los casos civiles que atienden los detectives privados, lo que refleja lo extendida que está esta preocupación.


¿Cómo investigan los detectives una infidelidad?

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Los detectives privados emplean una combinación de técnicas clásicas y modernas para esclarecer la verdad que se esconde tras las sospechas. Tradicionalmente, la vigilancia física y la recopilación de pruebas fotográficas o en vídeo han sido herramientas fundamentales. Hoy en día, sin embargo, muchas pistas de una aventura extramatrimonial quedan registradas en el mundo digital. Según los profesionales, a veces basta con revisar el teléfono móvil y las redes sociales para encontrar pruebas de infidelidad, ya que es ahí donde suelen aparecer mensajes comprometidos, llamadas inusuales o interacciones sospechosas. Por ejemplo, un cambio repentino a contraseñas secretas, múltiples llamadas a horas poco comunes o nombres de contacto desconocidos pueden delatar que algo no va bien. Además, los investigadores saben que las personas infieles tienden a repetir ciertos patrones de conducta y a frecuentar lugares específicos para verse con sus amantes, lo que facilita su seguimiento.

Señales típicas de engaño. Aunque cada situación es diferente, los especialistas han identificado señales de alerta frecuentes que indican una posible infidelidad. Algunas de las señales más comunes son:

  • Cambios bruscos en la rutina diaria, como salir antes al trabajo o regresar más tarde sin explicación, poner excusas de horas extra inesperadas, etc.
  • Mayor secretismo con el teléfono o el ordenador: llamadas de números desconocidos a horas inusuales, mensajes que borra rápidamente o uso repentino de claves en dispositivos que antes compartía.
  • Variaciones de humor y actitud: si de repente se muestra más irritable, distante, siempre cansado o a la defensiva sin motivo aparente, es posible que esté ocultando algo.
  • Nuevos intereses difíciles de explicar: de la noche a la mañana, muestra entusiasmo por un género musical, una afición o un restaurante que antes no le llamaba la atención, quizá por influencia de otra persona.
  • Menos contacto íntimo o afectivo: una marcada frialdad, evitar besos, caricias o reducir drásticamente la frecuencia de las relaciones sexuales de la pareja puede ser un indicio, a menos que exista una causa evidente que lo justifique.

Estas señales no garantizan por sí solas que exista una infidelidad, pero sí son indicios que, combinados con la intuición de la pareja, suelen motivar la contratación de un detective. Según un profesional entrevistado: «Cuando una persona tiene la sospecha de que la están engañando, es muy probable que tenga razón». No obstante, conviene recordar el dato anterior: una proporción considerable de investigaciones concluyen que no hubo engaño, sino malinterpretaciones o problemas distintos. Por eso, además de buscar pruebas de infidelidad, un buen detective también puede aportar tranquilidad al cliente demostrándole que su pareja le es fiel y ayudarle a centrarse en resolver los verdaderos problemas de la relación.

El impacto de la baja libido y la disfunción eréctil en la relación

En muchas ocasiones, los problemas en la vida sexual de la pareja están en el trasfondo de las sospechas. Una reducción notable del deseo sexual (libido) o problemas persistentes de disfunción eréctil (DE) en el hombre pueden generar tensiones y malentendidos importantes. La disminución del deseo sexual es frecuente a medida que avanza la relación y puede obedecer a múltiples causas (estrés, desequilibrios hormonales, rutina, problemas de salud, etc.). Por su parte, la disfunción eréctil —la incapacidad recurrente para lograr o mantener una erección satisfactoria— es un problema bastante común: más de la mitad de los hombres entre 40 y 70 años presentan algún grado de DE. Cuando estos problemas íntimos no se abordan abiertamente, pueden minar la confianza y la conexión emocional de la pareja. De hecho, la disfunción eréctil crónica suele causar estrés y baja autoestima, y supone un reto para la relación, afectando a ambos miembros.

Desde el punto de vista psicológico, el hombre que sufre DE a menudo experimenta sentimientos de vergüenza o desvirilización, y evita hablar del tema incluso con su pareja. A su vez, la pareja puede malinterpretar la situación. Si la comunicación es deficiente, la esposa o compañera podría interpretar la falta de iniciativa sexual como un signo de que ya no es deseada ni atractiva. Esa sensación de rechazo involuntario puede derivar en inseguridad, resentimiento y, en muchos casos, en sospechas de infidelidad: «Mi marido ya no me toca, ¿será que tiene a otra?». De hecho, los terapeutas de pareja confirman que la impotencia y el bajo deseo sexual crean fácilmente conflictos y que, cuando no se habla claramente del tema, la mente tiende a llenar el vacío con suposiciones e incluso a imaginar un amante como explicación.

No es de extrañar, entonces, que numerosos cónyuges temerosos acudan a detectives privados cuando notan un cambio drástico en la intimidad. Paradójicamente, a menudo el hombre con disfunción eréctil se siente tan avergonzado o frustrado que evita el sexo para no «fallar» de nuevo, lo que aumenta la distancia con su pareja. Esta dinámica puede convertirse en un círculo vicioso de silencio, resentimiento y dudas. Un informe sobre el impacto de la disfunción eréctil en las relaciones describió que muchos hombres con DE se sienten humillados en su masculinidad, mientras que sus parejas pueden sentirse no amadas, dudar de su propio atractivo o incluso sospechar de la infidelidad del hombre que padece esta disfunción. Es decir, la falta de intimidad alimenta la desconfianza, aunque ninguno de los dos sea infiel.

Ahora bien, los problemas sexuales en la pareja no solo pueden ser la causa de sospechas, sino que a veces son la consecuencia de estas. Cuando efectivamente ha ocurrido un engaño, también se resiente la intimidad: tras descubrirse una infidelidad, es común que el hombre experimente trastornos de erección derivados del estrés, la culpa o la depresión, y que la mujer pierda el deseo sexual por el dolor y la desconfianza generados. Incluso la persona infiel puede experimentar impotencia sexual como efecto psicosomático. Algunos especialistas señalan que el sentimiento de culpa por haber sido infiel puede provocar disfunción eréctil de origen psicológico. En otras palabras, un hombre que engaña a su pareja podría encontrarse después incapaz de mantener relaciones sexuales, ya sea por remordimiento o por la ansiedad que le produce llevar una doble vida. La sexualidad humana está profundamente conectada con las emociones: el estrés y la falta de paz mental afectan al rendimiento íntimo.

Entonces, ¿existe relación entre la infidelidad y la sexualidad masculina?

Popularmente se cree que un hombre con dificultades sexuales en casa buscará satisfacción fuera, o que, si de pronto recupera un alto deseo sexual, es porque otra persona ha reavivado su pasión. Sin embargo, la realidad es más compleja. Estudios científicos recientes han explorado la conexión entre la infidelidad masculina y los problemas de erección, y han arrojado resultados interesantes. Por ejemplo, un estudio realizado en 2025 con más de 7400 pacientes de varios países iberoamericanos descubrió una correlación negativa entre la disfunción eréctil y la infidelidad: cuanto más grave era la DE, menos probabilidades había de que el hombre hubiera engañado a su pareja. En otras palabras, los hombres con disfunción eréctil grave casi no eran infieles, mientras que aquellos con disfunciones más leves o intermitentes mostraban algo más de tendencia a las aventuras. Esto tiene sentido: cuando la capacidad sexual está muy comprometida, es difícil buscar relaciones extramatrimoniales; suelen ser hombres con una función sexual casi normal (o tratada) quienes se involucran en aventuras. El mismo estudio señaló la edad y el consumo de alcohol como factores importantes a la hora de predecir la infidelidad en hombres con DE, mientras que la frecuencia sexual o ciertas enfermedades asociadas a la erección no mostraron tener una influencia significativa.

Otra investigación realizada en Italia años atrás sugirió que los hombres con disfunciones sexuales que habían sido infieles tendían a tener un perfil hormonal y psicológico diferente: presentaban niveles más altos de andrógenos (hormonas sexuales masculinas) y menos síntomas de baja libido que los pacientes fieles. Además, estos hombres infieles manifestaban tener menos inhibiciones y sentirse menos culpables en torno al sexo. Curiosamente, a pesar de sus «disfunciones», lograban mantener una frecuencia sexual mayor, sumando la relación primaria y la aventura. Los autores concluyen que la infidelidad suele darse en contextos de problemas de pareja preexistentes más que por causas puramente sexuales. En resumen, un bajo rendimiento sexual no necesariamente impulsa a la infidelidad —de hecho, puede disuadir de ella— y, al mismo tiempo, quienes son infieles no suelen estar entre los casos más graves de disfunción eréctil. Por tanto, es importante no sacar conclusiones precipitadas: una disminución de la actividad sexual conyugal puede deberse a problemas de salud o emocionales propios de la relación, en lugar de indicar automáticamente una aventura extramatrimonial.

Ante cualquier sospecha de infidelidad o crisis íntima en la pareja, la mejor estrategia inicial es abrir canales de comunicación sinceros y buscar ayuda profesional

Ante cualquier sospecha de infidelidad o crisis íntima en la pareja, la mejor estrategia inicial es abrir canales de comunicación sinceros. Si uno de los miembros de la pareja experimenta falta de deseo, estrés sexual o un trastorno como la disfunción eréctil, hablar del tema con la pareja de forma empática puede evitar muchos malentendidos. Aunque resulte incómodo, es mejor compartir miedos e inseguridades que permitir que la otra persona imagine escenarios posiblemente erróneos. Como señala la Clínica Mayo, a veces basta con explicar que la dificultad no se debe a una falta de amor o atracción, sino a un problema médico o psicológico tratable, para que ambos puedan abordar el asunto unidos en lugar de enfrentados. Del mismo modo, si existen celos o sospechas, expresarlos abiertamente (sin hacer acusaciones infundadas) puede dar a la pareja la oportunidad de aclarar comportamientos y reafirmar su compromiso.

Sin embargo, en muchos casos, las emociones involucradas (tristeza, ira, vergüenza y temor al rechazo) dificultan la gestión de la situación con una simple conversación. En estos casos, la ayuda de profesionales resulta muy valiosa. Acudir a un terapeuta de pareja o a un sexólogo permite explorar las raíces de la desconexión en un espacio neutral, aprender técnicas de comunicación, trabajar la confianza y mejorar la intimidad sexual. La terapia sexual, por ejemplo, puede tratar la disfunción eréctil de origen psicológico mediante técnicas de relajación, ejercicios en pareja y reeducación de respuestas, mientras que la terapia de pareja aborda los resentimientos y reconstruye la complicidad emocional. Si la infidelidad ya ha ocurrido y ambas partes quieren superarla, la intervención profesional es casi indispensable para gestionar el perdón, restaurar la confianza y canalizar adecuadamente los sentimientos de culpa o dolor. Recordemos que una traición es «uno de los golpes más duros» para una relación y superar sus secuelas requiere tiempo y guía especializada.

Por otro lado, si los problemas son de índole sexual (bajo deseo sexual, disfunción eréctil, eyaculación precoz, etc.), es importante consultar con un médico especialista (urólogo o andrólogo) para identificar posibles causas físicas subyacentes. Condiciones como la diabetes, los trastornos hormonales, los problemas circulatorios o neurológicos pueden estar detrás de una disfunción eréctil y tienen tratamiento médico específico. Asimismo, un profesional puede recomendar cambios en el estilo de vida para mejorar la respuesta sexual, como seguir una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad, reducir el estrés, mejorar la calidad del descanso y evitar sustancias como el tabaco, el alcohol en exceso y otras drogas que afectan al rendimiento sexual.

También existen soluciones naturales y complementos alimenticios (Erexol).

Erexol

Además de la ayuda profesional, muchas parejas buscan mejorar su vida íntima de forma natural. En el mercado existen diversos suplementos alimenticios dirigidos a la salud sexual masculina, formulados con hierbas medicinales, vitaminas y minerales. Su objetivo es apoyar los aspectos fisiológicos de la función eréctil y el deseo sexual, pero no son medicamentos ni «curas milagrosas» para la disfunción eréctil. Un ejemplo es Erexol, un producto promocionado como una combinación de ingredientes naturales pensada para hombres con bajo rendimiento sexual. Según su publicidad, Erexol contiene extractos de plantas tradicionales como la maca andina, la palma enana americana, el ginseng coreano y la ortiga, que supuestamente tienen efectos positivos sobre la erección y ayudan a prevenir la disfunción eréctil. También incluye nutrientes esenciales para la fertilidad masculina, como el zinc y el selenio, cuya importancia para la función reproductiva normal ha sido reconocida científicamente. De hecho, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) permite hacer declaraciones saludables que indican que el zinc contribuye al mantenimiento de niveles normales de testosterona en sangre y que el selenio contribuye a una espermatogénesis normal. Estos micronutrientes, presentes en muchos complementos naturales, contribuyen a procesos como la producción de espermatozoides y la regulación hormonal, lo que podría tener un efecto positivo en el deseo sexual y la calidad de las erecciones.

Ahora bien, es crucial tener expectativas realistas: Erexol es un suplemento natural, no un fármaco. No está reconocido como medicamento por las autoridades sanitarias (no figura en el registro de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, AEMPS) y no se ha demostrado clínicamente que «elimine» las causas de la disfunción eréctil. En otras palabras, no cura la disfunción eréctil como lo haría un tratamiento médico probado. Su valor radica más bien en brindar un apoyo complementario dentro de un enfoque integral, ya que puede aportar ciertos nutrientes y extractos que favorecen la salud sexual, siempre y cuando se utilice como parte de un estilo de vida saludable. Muchos hombres sin una enfermedad grave, pero con fatiga sexual o libido disminuida, podrían notar mejoras subjetivas al tomar este tipo de suplementos naturales, especialmente si tienen deficiencias nutricionales. No obstante, cada persona es diferente y algunos pueden no experimentar ningún cambio significativo. Por ello, no conviene depositar todas las esperanzas de salvar la relación o resolver problemas de erección en una píldora.

Si se opta por probar un producto como Erexol, los expertos aconsejan hacerlo de manera informada y con precaución. Asegúrate de que el suplemento esté correctamente registrado como complemento alimenticio en tu país (Erexol, por ejemplo, no aparecía en el registro de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, lo que suscita dudas sobre su comercialización oficial). Siempre es mejor adquirirlo a través de canales de venta de confianza y desconfiar de las páginas web anónimas que prometen resultados milagrosos. Ante todo, si se padece disfunción eréctil persistente, se debe consultar a un médico, ya que incluso al tomar suplementos, un seguimiento profesional garantiza que no se pase por alto una causa médica grave subyacente y que las terapias se combinen adecuadamente.

En conclusión, la clave para fortalecer la confianza en la pareja y la satisfacción íntima reside en la transparencia y la acción conjunta. Si sospechas de infidelidad, busca apoyo en profesionales (detectives, terapeutas) para descubrir la verdad con pruebas y trabajar las emociones implicadas. Si enfrentas problemas sexuales, recuerda que son más comunes de lo que imaginas y que tienen soluciones efectivas en la gran mayoría de los casos. Ya sea mediante tratamiento médico, terapia psicológica o ayudas naturales, es posible superar la etapa difícil. Muchas parejas logran salir fortalecidas de una crisis de desconfianza o de un bache sexual si abordan el problema como un equipo, con empatía, paciencia y buscando las herramientas adecuadas. En última instancia, afrontar juntos los desafíos, ya sea la presencia de un tercero o la pérdida temporal de la intimidad, puede renovar los votos de confianza y reavivar la llama que parecía apagarse.

Este documento ha sido redactado utilizando las siguientes fuentes:

  1. Erexol: ni es un medicamento ni previene la disfunción eréctil — RTVE
  2. “85% de las sospechas de infidelidad son reales”, asegura investigador privado — Telemundo
  3. Statistics of Private Detective Investigations — Agentes Privados Moch Incorporated
  4. Terapia de pareja, sexología, infidelidades y celos — Nova Ment Psicología
  5. The impact of ED on relationships — Eroxon HCP
  6. Disfunción eréctil – Síntomas y causas — Mayo Clinic
  7. Infidelity in Men with Erectile Dysfunction and Its Association with the Severity of the Condition — PubMed
  8. Psychobiological correlates of extramarital affairs and differences between stable and occasional infidelity among men with sexual dysfunctions — PubMed
  9. Los Problemas de Erección en los Hombres SÍ tienen Solución — Clínica Masculina Europea
  10. Infidelidad (II) — Dr. Peinado | Cirujano urólogo
  11. Reconstitución amorosa post engaño: las fases de la recuperación — Infobae
  12. BOE.es - Reglamento (UE) nº 432/2012 — Lista de declaraciones saludables autorizadas


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